La crisis financiera que estalló en 2008 reveló el funcionamiento de la economía global, y descubrimos que el 99% de la población mundial vivimos para enriquecer al 1% restante, que nuestra vida es solo un fondo de inversión de ese 1%, como lo es el ganado para el ganadero. El Rescate bancario con 100.000 millones de dinero público que ejecutó el Gobierno español en 2012 indignó a una gran parte de la población, que veía como su dinero se utilizaba para rescatar a las entidades financieras que habían provocado la crisis. Ese Rescate se sufragó con recortes presupuestarios en todos los servicios públicos y sociales.
    La Oficina de Rescate Invertido se configuró como una oficina activa instalada en el museo, cuya actividad consistía en asesorar a los ciudadanos interesados sobre diferentes tipos de estrategias para eludir o dirigir los impuestos del Estado. Evidentemente, el servicio de asesoría era gratuito, y entre las estrategias que se ofrecían convivían proyectos artísticos que había realizado anteriormente con iniciativas diseñadas por colectivos sociales o ciudadanos anónimos.