Kingdom of Spain, 2017
La obra consistió en pedir al museo que destinase el dinero de producción al pago de las cuotas de mi seguridad social* durante siete meses, los mínimos requeridos para poder cobrar las prestaciones de baja por maternidad.
Para ello, y con la ayuda de un abogado, elaboré una cláusula modelo -que cualquier artista puede incorporar en sus contratos- en la que se estipula que la institución asumirá los gastos de la Seguridad Social del artista. Después de muchas conversaciones y desencuentros con los abogados del museo, finalmente se negaron a incluir la cláusula en el contrato, pero la aceptaron de palabra y la aplicaron, destinando el dinero público de producción a cubrir mis cuotas de la SS.
Lo legislado no siempre encarna lo justo, lo singular o lo urgente. En España, los artistas visuales no tienen régimen especial, y hasta no hace mucho tiempo solo podían adquirir derechos laborales si cotizaban como autónomos en la categoría de «profesionales taurinos y demás espectáculos», acápite irónicamente sintomático de la indiferencia de la legislación y el menosprecio de la administración pública hacia nuestras especificidades laborales. Aunque habitualmente trabajamos para instituciones públicas no somos funcionarios, ni proveedores, ni empresarios, ocupamos agendas y centros culturales inmersos en una precariedad multicolor: exigencia de flexibilidad, auto-explotación, movilidad extrema, inestabilidad laboral, precariedad salarial y des-regularización de los derechos laborales. Un listado de precariedades que se amplía en el caso de que seas mujer y quieras ser madre.
Aphrodite
The work consisted in requesting the museum to use the production money for my project to pay my social security contribution* for seven months, the minimum required to be eligible to receive maternity leave benefits.
To this end, and with the help of a lawyer, I drew up a model clause—which any artist can include in his or her contracts—stipulating that the institution would assume the artist’s social security expenses. After many conversations and disagreements with the museum’s lawyers, they finally refused to include the clause in the contract, but did accept it orally and applied it, directing the public production funds to cover my social security fees.
Legislation does not always embody the fair, the singular or the urgent. In Spain, visual artists do not have a special regime, and until not long ago they could only obtain labour rights if they contributed as freelancers in the category of “bullfighting professionals and other shows”, a phrase ironically symptomatic of the indifference of the legislation and the contempt of the public administration towards the peculiarities of our profession. Although we usually work for public institutions, we are not civil servants, nor suppliers, nor entrepreneurs, we fill agendas and cultural centres but are working in variegated precarious conditions: requirement of flexibility, self-exploitation, extreme mobility, labour instability, precarious wages and de-regulation of labour rights. A list of insufficiencies that becomes longer when you are a woman and want to be a mother.
*En España los artistas visuales en activo están obligados por ley a pagar los autónomos cada mes aunque no tengan ningún beneficio económico. La cuota mínima en 2017 es de 275€/mes.
*In Spain, active visual artists are required by law to pay their self-employed contribution every month even if they haven’t had any economic benefit. As of 2017, the minimum fee is 275 euros per month.
Curated by Oriol Fontdevila.
Legal advice provided by Rubèn Guilanyà.